¿Qué es un lunar?
Es una malformación localizada que se desarrolla en la piel o mucosas (boca, genitales, labios). Puede estar presente desde el nacimiento o ir apareciendo a lo largo de la vida. Existen distintos tipos de nevos cada uno con formas, colores y características diferentes.
Si bien suelen ser benignos, es importante realizar controles con el dermatólogo. Existen ciertas características que pueden anunciar la presencia de nevos atípicos o la transformación hacia un tipo de cáncer de piel que se denomina Melanoma.
¿Qué son los nevos atípicos?
Son nevos con mayor riesgo de transformación maligna. Suelen tener un tamaño mayor a 0.6cm, distintos tonos de colores y tener forma asimétrica.
¿Cómo se deben controlar los lunares?
Se debe concurrir al dermatólogo una vez al año en la mayoría de los casos y en algunos casos será con mayor frecuencia según indicación del médico.
El dermatólogo inspeccionará toda la piel utilizando un dermatoscopio, que es un instrumento óptico que amplifica las lesiones y elimina los fenómenos de refracción y reflexión de la luz sobre la piel permitiendo ver características que no son visibles a simple vista. Este procedimiento no invasivo es útil para el diferenciar lesiones pigmentadas y para la detección precoz de algunos tipos de tumores de la piel como el melanoma.
¿Cómo saber si una lesión es sospechosa de melanoma?
Además del control dermatológico es importante realizar un autoexamen de los lunares tratando de observar toda la piel incluyendo plantas de pies, palmas y cuero cabelludo.
La regla del ABCD de los lunares nos permite determinar si una lesión es sospechosa de melanoma.

 

A) Asimetría una parte de la lesión es diferente a la otra.

 

B) Bordes irregulares.

 

C) Coloración variada, cambios de color, picazón.

 

D) Diámetro mayor a 5-6mm.

 

E) Evolución en el tiempo, picazón, sangrado o costras.

 

Ante algunas de éstas características, consultar con el dermatólogo.
Ante lesiones sospechosas, el médico realizará biopsia o escisión total de la lesión.